La jornada de un Viernes Santo en Guadalupe suele ser multitudinaria. Este año no iba a ser menos y las previsiones se han cumplido. Estamos muy necesitados de aparcamientos, especialmente en días como hoy en los que se pone nuestro pueblo «de bote en bote». En este día, junto el 8 de septiembre y el 12 de octubre, son especialmente necesarios. Hay varias ideas de hace años: zona de la Lebrona, Viña Mayor, San Bartolo… A ver si podemos gestionar y hacer realidad alguno de esos proyectos con la ayuda de otras administraciones. Son malos tiempos para las inversiones y son otras las prioridades, pero nunca debemos renunciar a estos proyectos de gran calado y repercusión. Son tantas las necesidades que hay que ir priorizando.
Hoy no había servicio de recogida de basura y eso lo hemos notado en nuestras calles. En una de ellas, la Calle Sevilla, existe un contenedor que se pone hasta arriba y como uno ya va siendo veterano en algunas cuestiones, llamé a nuestro encargado de obras para que retirase parte de las bolsas teniendo en cuenta que la procesión del Vía Crucis pasaba esta mañana por allí. Espero que con la bolsa de empleo y contratación inmediata del conductor-maquinista podamos realizar el servicio de recogida todos los días, al menos en el Centro Histórico que es donde más problemas tenemos.
Poco después recibí una foto-denuncia sobre el estado en el que se encontraba la puerta del parque de la Constitución que ha sido desprendida presuntamente de modo intencionado y con el único objetivo de hacer daño al patrimonio público. Espero que la colaboración ciudadana nos ayude a llegar a identificar a las personas que hayan podido hacer semejante barbaridad.
El día concluyó con la procesión del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad, la más hermosa y emotiva de las que se celebran en la Semana Santa guadalupense, claramente deslucida con respecto a otros años por tenerse que celebrar en el claustro del Monasterio.