Todo parece indicar que si no ocurre un milagro o algún amaño imprevisto en la Cámara, no habrá investidura esta semana, con el apoyo socialista claro está. Que haya un gobierno es lo que la mayoría de españoles -entre los que me incluyo- quiere, aunque claro está no a cambio de nada, y con serios matices que tienen que ver con la ideología y con algunos principios fundamentales. Creo que el partido al que pertenezco y con el que me identifico plenamente está obligado a cumplir escrupulosamente lo que en las urnas le encomendaron una parte de los españoles, y que no es otra cosa que votar en contra de las políticas de derechas que se han venido prácticando en los últimos años y que tienen que ver con recortes, con reformas laborales, con una ley de educación fuera de lugar y con la corrupción política.
Tengo plena confianza de que los Diputados y Diputadas socialistas serán leales a las siglas y al sentido general del voto contrario a la investidura de quien le mandaba mensajes a Bárcenas de sosiego mientras estaba en la cárcel, y de quien dirige un partido salpicado por la financiación irregular y por los casos de corrupción. En cualquier caso, nos toca el papel que nos toca, secundario y sin mayor protagonismo que el de ejercer la encomienda ciudadana, a la que me refería en el párrafo anterior.
Está claro que una posición política de un partido político, incluso de personas vinculadas al mismo va cambiando en función de cómo se desarrollan los acontecimientos, y ante el surgimiento de escenarios nuevos con los que «a priori» no se contaba. Sinceramente creo que quien tiene la responsabilidad y el deber de arrimar el hombro y de trabajar para la investidura, igual que en su día lo hizo Pedro Sánchez, es quien pretende mantener el puesto de Presidente. Así es que, ánimo y adelante.
Las reglas de juego son las que son y hay que cumplirlas. Y en política ocurre que dos más dos no son cuatro. Los españoles han elegido a los socialistas para estar en la oposición y ese es nuestro punto de partida en estos momentos.
Buenas noches.
Foto: El País