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Toros Guadalupe Archivo MI Masa

FESTEJOS TAURINOS EN GUADALUPE

Foto: Cedida por María Isabel Masa Torrejón (Su padre Joaquín, lidiando en la plaza de Guadalupe, sobre el año 1948).

En unos días, exactamente el próximo jueves, día 22 de agosto, comienzan en Guadalupe los festejos taurinos. Una fiesta que tiene un importante arraigo y que viene a ser en la práctica la fiesta «del pueblo»  más importante de las que se celebran  en nuestra localidad, sin desmerecer a las de septiembre -las patronales- que tienen un ámbito mucho mayor y por tanto, superan el ámbito local.

Es esta una manifestación de júbilo y como todos los festejos que tienen que ver con los encierros de reses bravas no está exento de polémica, de defensores y de detractores, e incluso acaba siendo un hilo conductor de debates estériles (Que si sí, que si no…) y sin demasiado trascendencia, pues al final los morlacos acaban saliendo del chiquero, la plaza de Santa María de Guadalupe acaba convirtiéndose en un coso de barrotes y tablados y el pueblo acaba sofocando todos los fuegos de protesta y de inconformismo, y acaba desgraciadamente olvidándose de todo cuanto ha acontecido en el municipio, que no es poco, el resto del año.  ¿«Panem et circenses»?

Este año, nos disponemos a celebrar esta fiesta «con cierta normalidad» y con algunas novedades con respecto a otros años. Un año más, también actuará la Banda de Música de Guadalupe, una agrupación centenaria orgullo de todo un pueblo y a la que me honra pertenecer. Lo hará a pesar de no haber recibido la subvención del año 2012 y de no haber sido mencionada en el programa oficial, porque es evidente que el interés de quienes formamos parte de ella es acompañar a nuestros conciudadanos en las fiestas y celebraciones especiales, como siempre lo hemos hecho, durante todos estos más de cien años, sin afanes especiales pero con algo de orgullo que nos une y nos motiva. Por cierto, la Banda siempre tocaba cuando el Ayuntamiento ofrecía un aperitivo de la carne de las reses al pueblo. Ahora, nos sutituyen unos Mariachis. Todo cambia y evoluciona, hasta las tradiciones.

¡Qué Dios reparta suerte a los toreros que corren las reses! Y al resto, mucha felicidad y paz en estos días de encuentros, de jolgorío y de hermanamiento.