Hace algún tiempo no muy lejano mantuve una interesante conversación con Ana, mi mujer. Le comentaba cómo íbamos siendo testigos del fallecimiento de personas de nuestro pueblo que han formado parte de nuestra vida desde que éramos niños. Obviamente vamos madurando y nos vamos echando años encima, y eso forma parte de un ciclo natural que hace que a partir de cierta edad -no de modo exclusivo pero si con mayor probabilidad- esos referentes nos vayan dejando.
Últimamente en Guadalupe llevamos muy mala racha y muchos de los nuestros se nos han ido. Si hace unos días mencionaba en este espacio personal a Isabel, hoy no me siento bien si no escribo aquí algunas palabras en la memoria de un referente para mí y para muchas personas de Guadalupe como uno de los imprescindibles del paisanaje guadalupense de los últimos 30 años. Me refiero a Félix Iglesias, «El Cartero» al que una larga enfermedad le ha arrebatado la vida y le ha dado el descanso eterno para dolor de los suyos y de todas las generaciones de vecinos y familias que lo conocieron en su faceta profesional, con su cartera de cuero y repartiendo cartas por las calles de Guadalupe. En tiempos en los que no existían teléfonos móviles, ni correos electrónicos, apenas teléfono fijo y sí otros canales como el telegrama, personas como Félix eran piezas claves en el contexto social de cualquier pueblo que disponía de este tipo de mensajeros: los carteros. ¡Cuántas noticias buenas, malas y regulares sumergidas en sobres habrán manejado sus manos!¡Cuántas horas habremos pasado muchos vecinos y vecinas de Guadalupe esperando ver aparecer su silueta pendientes de alguna buena nueva! Su sencillez y su gran sentido del humor le hizo ganarse el cariño de sus convecinos. Para él mi reconocimiento y mi recuerdo entrañable.
Hasta siempre Félix y que la tierra te sea leve.
D.E.P.