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Coral Santa María de Guadalupe

INTERÉS CULTURAL DE LA MÚSICA DE GUADALUPE

Foto: Coral Santa María de Guadalupe a principios de los años 70, dirigida por Fr. Serafín Chamorro. Archivo personal de Cesáreo Plaza Álvarez.

A raíz de la aparición de esta foto en la red social Facebook, compartida por Asun ( hija de uno de los músicos más emblemáticos de nuestro pueblo, el compañero Juan Cordero, conocido cariñosamente como «Juanete» ) quiero reflexionar sobre algunos aspectos que considero fundamentales y necesarios sobre la conservación y difusión de este arte en nuestro pueblo.

Es Vox populi la tradición musical en Guadalupe, absolutamente contrastada con la cantidad de agrupaciones musicales, solistas, músicos de toda condición y especialización, además de un interesante acervo musical, popular y también culto. El popular, fruto de una antiquísima y variada tradición oral, parte de la cual -la relacionada con la Navidad- recogió Cesáreo Plaza en una excelente publicación. El culto, celosamente custodiado y catalogado en el archivo musical del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe.

No cabe duda que la música popular o tradicional de Guadalupe, además de la propia actividad musical es un valor excepcional, de los muchos que contiene este pueblo, y que bien merece una especial atención por parte de las entidades públicas, y especialmente de aquellas que tienen entre sus competencias velar por la preservación del patrimonio cultural, etnográfico y en este caso, el musical como un elemento singular, de carácter intangible o inmaterial, que no por ello merece el olvido, sino todo lo contrario, necesita de un esfuerzo colectivo y de una especial atención que pudiera servir de efecto inmunizante ante las amenazas a las que están sometidas este tipo de manifestaciones, estrechamente ligadas a personas y por tanto limitadas a la continuidad generacional.

No es la primera, ni a buen seguro sera la última vez que hablo de este asunto. Obviamente mi condición de músico y mi absoluta concienciación en esta cuestión me dota si cabe de un mayor compromiso hacia la causa, que no es otra que la de buscar fórmulas o estructuras de gestión, públicas, privadas o mixtas, que garanticen la conservación de este patrimonio y esta actividad plenamente integrada y arraiga en este pequeño pueblo de 2.004 habitantes según el INE.

Quizás, va siendo hora de que pensemos en cómo proteger nuestra música y de un modo concreto, ponerla al servicio y conocimiento de las futuras generaciones, mediante la integración de aspectos concretos en el colegio, mediante un mayor apoyo a la formación específica en todos los sentidos y por qué no -bases y argumentos sobran- lograr que la tradición oral y música de Guadalupe entre a formar parte de los Bienes de Interés Cultural de Extremadura, dentro de los objetivos contemplados en estas figuras que hablan de que este tipo de bienes se declaran  «… con el objeto de promover su protección, conservación, engrandecimiento, difusión y estímulo, así como su investigación y transmisión a las generaciones venideras con el fin de preservar la tradición histórica de la Comunidad y su pasado cultural, servir de incentivo a la creatividad y situar a los ciudadanos de Extremadura ante sus raíces culturales…». Absolutamente acordes con la idea expuesta.