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papa francisco

Francisco

Hoy, día 4 de octubre, el santoral católico nos marca en su calendario el día de San Francisco de Asís, un personaje histórico auténtico y realmente revolucionario en aquellos tiempos en los que le toco vivir.

Vayan por delante mis felicitaciones a todos los Franciscos y Franciscas, y cómo no, a todos los hermanos y hermanas de la Orden de Franciscanos y Clarisas, además de la Orden seglar. Mi recuerdo y felicitación especial para todos los hermanos de la Provincia Bética Franciscana.

Este día tan especial quería dedicarlo a uno de los “Franciscos” que más está dado que hablar en los últimos tiempos, y que no es otro que Monseñor Jorge Mario Bergoglio, elegido papa el pasado 13 de marzo de 2013, y perteneciente a la orden jesuita. Desde su nombramiento no he dejado de seguirle la pista, especialmente en las redes sociales y tengo que confesar que a estas alturas ya siento cierta admiración por él.

Desde siempre intuía que su nombre, Francisco, lo eligió pensando en el santo de Asís que hoy se celebra, y también en la similitud que este tenía con el tipo de papado que le había tocado vivir y que tenía que ejercer, con determinación y atrevimiento tras los acontecimientos que habían acaecido en los últimos años. Hechos que se van constatando a medida que avanza y que se van plasmando en sus opiniones, como la que pudimos leer –no sin cierta sorpresa grata- en la entrevista que le hicieron recientemente en la Revista Razón y Fe, y que ha generado un amplio abanico de opiniones y especialmente de elogios del mundo laico y de muchos colectivos tradicionalmente distanciados e incluso atacados por la Iglesia. Palabras y opiniones que también se acompañan de hechos concretos que siguen llamándonos poderosamente la atención a todos los católicos, y que -estoy convencido- seguirán sorprendiéndonos a todos para bien.