Ayer conseguimos poner en la actualidad política y social de nuestro pueblo el asunto de la reordenación del tráfico en el centro , tanto que hoy se ha trasladado a los bares, a la calle y en muchas de las tertulias de vecinos que se improvisan cada día. Alguien que me mandaba hoy un correo electrónico al respecto me decía: «Es evidente que algo ha cambiado, se informa a los vecinos de los acontecimientos y se les invita a participar y ser escuchados». Creo que esta afirmación de este vecino es bastante ilustrativa de lo que representa nuestra formar de hacer política en Guadalupe, insólita, con nuestros aciertos y errores.
La jornada de hoy ha sido muy intensa. Al no salir de viaje fuera del pueblo tocaba quedar con las cuadrillas del servicio de obras y plan de empleo agrario.Ya en la oficina, he tenido una mañana plena de entrevistas, visitas y reuniones con vecinos y también empresarios.
Hay días en los que uno se siente impotente y le gustaría hacerle caso al corazón más que a la cabeza. Quienes ostentamos responsabilidades públicas debemos guiarnos siempre por la cabeza cuando existen normas y leyes que cumplir. Eso significa que a veces hay que decirle que no a un vecino. Los agravios comparativos son peligrosos y el principio de igualdad sagrado para esta tarea que me toca desarrollar.
Mañana si no hay algún escollo por resolver, el tribunal de selección de peones y conductores elevará a propuesta de contratación y creación de bolsa de empleo, que a modo de resolución firmaré para público conocimiento. Llevan dos días clasificando documentación y baremando méritos.
Es todo por hoy.