Siempre tuve claro que a medida que se fuese acercando la fecha del 24 de mayo de 2015 todo iba a ser más complicado, y especialmente intuía que iban a surgir obstáculos y que en el camino, iban a aparecer algo parecido a lo que en las redes se denominan Troles o también «moscas cojoneras», utilizando el nombre de este insecto del orden de los dípteros que tan pesadas se ponen con las personas.
Pues bien, al parecer a alguien le molesta que un trabajador de una asociación privada como es APRODERVI -en la que trabajo desde octubre del año 1997, es decir desde hace más de 17 años- se presente como candidato a la alcaldía de su pueblo. Algo que forma parte de la normalidad democrática de nuestro país parece que no le ha gustado a alguien que pretende representar los intereses de sus vecinos en otra localidad (y a quien no le voy a hacer publicidad en este espacio) y que antes de ni siquiera hacerlo ya ofrece claros signos de una persona antidemocrática, y me explico:
La ley electoral española, la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, que es la que actualmente está en vigor en nuestro país, establece en su artículo 6 quienes son personas inelegibles, es decir que no se pueden presentar a unas elecciones, y entre las que no se encuentra la figura de «trabajador de una asociación privada sin ánimo de lucro», que es lo que soy y mi considero desde el punto de vista legal. Si tenéis curiosidad podéis echar un vistazo e ilustrados sobre en qué casos existe esa incompatibilidad, aunque imagino que a vosotros/as, como a mí, os importa poco y para eso están las Juntas Electorales en las que hay personas del gremio de la judicatura que velan por ello.
Tengo claro lo que quiero y hacia dónde camino, igual que todas las personas que se han embarcado conmigo en este proyecto de cambio que supone poder trabajar por y para los vecinos y vecinas de tu pueblo, esas personas con las que llevas conviviendo toda la vida, que te conocen y conoces, algo inherente a vivir en un pueblo.
Que no me busque nadie porque no me va a encontrar. Estamos aquí para solucionarle los problemas a la gente, para ofrecer alternativas viables a las formas de gobierno actuales y sobre todo para no generar discordia, división, odio y confrontación entre la gente. No me van a encontrar en la descalificación, ni en el enfrentamiento, ni en la difamación. Tampoco lo van a hacer en el insulto, en el espectáculo público o en la provocación.
Me hallarán trabajando con todos sin excepción y escuchando a todos sin sectarismo. Sólo de la escucha activa y de la empatía se logran conformar proyectos de cambio firmes y con solvencia suficiente. A cada ataque, cada descalificación, cada persecución y cada difamación, nuevas propuestas y nuevas iniciativas para mejorar la vida de la gente y transformar con la participación de todos la realidad que actualmente no parece satisfacer a todos y todas las vecinas. Ese es mi empeño y ese será mi talante siempre. Lo demás no me preocupa lo más mínimo y si quieren abrir heridas con esas estrategia van a dar en hueso.