El pasado 30 de junio convocamos en Guadalupe una Asamblea Vecinal abierta. Lo hicimos en el Centro Cultural, por ser el espacio en el que tenemos mejores medios y más capacidad para ello. A la postre esta iniciativa resultó ser un fracaso por falta de asistencia, aunque finalmente la celebrásemos de la misma manera. Obviamente el objetivo de llegar a más gente no se cumplió y ello nos hizo pensar en hacer las Asambleas Itinerantes, algo que hoy hemos iniciado y que ha satisfecho gratamente nuestro deseo de diálogo, escucha activa y cercanía con los vecinos, en este caso del barrio en el que nos hemos criado varias personas del equipo.
Ha sido emocionante recordar a algunas personas que ya no estaban allí, regresar a la Cruz donde pasaba los veranos jugando al Bote, al fútbol, al escondite y a otros juegos tradicionales. La experiencia que hoy hemos vuelto a tener, cerca de la gente, con la gente, sin tapujos y a pecho descubierto, no ha podido ser más gratificante.
Creo que ha sido un enorme acierto echarse a la calle y realizar este saludable ejercicio de democracia participativa y de ejercer la política con mayúsculas y con la humildad que requiere dar la cara aún a sabiendas de que habrá reproches y descontentos. Hoy les comuniqué a los vecinos de las Eras algo que tengo muy claro y que además tengo interiorizado desde que hace dos años y un mes hoy, soy el Alcalde de un gran pueblo, el mejor de todos los posibles. Les decía que es bueno que nos pongan la cara colorada, porque si ello sucede desde el compromiso asumido, el equipo se fortalece y con él, el gobierno municipal. Un gobierno fuerte asume con mayor determinación y energías los retos que cada día se plantean al frente de la gestión municipal.
Aprovechamos para hablarles de nuestra experiencia, nuestro único bagaje político que coincide con estos dos años de legislatura. Nunca antes, nadie del equipo, tenía recorrido político local, y ello nos ha servido para equivocarnos, aprender de manera casi autodidacta, «a base de tropezones», pero con el sentido del servicio público que nos empuja cada día y nos lleva a conseguir poco a poco nuestros propósitos.
El trabajo ha sido intenso y aún nos queda prácticamente todo por hacer. Los logros conseguidos, en ocasiones suelen tener escasa visibilidad, pero la fe y el coraje acaban contagiando.
Invito a todos los vecinos a que se sumen a las próximas asambleas y juntos podamos seguir creciendo como personas y de ese modo, hacer crecer y mejorar nuestro pueblo.