No hay nada más saludable para quienes tenemos responsabilidades políticas en alguna administración que dar cuenta de la gestión pública, compartir proyectos, reconocer errores y sobre todo, ejercer la democracia con letras mayúsculas. Así se entiende una democracia sincera, transparente y absolutamente al servicio del interés general de cualquier sociedad.
Esta noche me siento agradecido y dichoso al haber tenido la oportunidad de dialogar con media centena de vecinos y vecinas, de escuchar sus quejas, sugerencias y también su reconocimiento en forma de aplauso. Me hubiese gustado hacerlo con más gente pero ha surgido así y no hay que darle más vueltas.